2. Redescubrirás el valor de la simplicidad en tu propia vida

Buscad primero el Reino de Dios y su justicia, y todo lo demás se os dará por añadidura. Mt. 6, 33

Debemos reflexionar sobre nuestras prioridades y considerar si vivimos por encima de nuestras necesidades, consumiendo más bienes de los oportunos. Este estilo de vida ha desencadenado una crisis global y pone de manifiesto la insostenibilidad económica y medioambiental de nuestro modelo de consumo.

La búsqueda incesante de lucro trastoca las posibilidades de alcanzar modelos equitativos, pues acumular capital, material y riqueza empobrece la llegada del Reino de Dios y de su Justicia. Es momento de hacer nuevas todas las cosas, de generar espacios para la esperanza, desde cada persona, gesto y acción, porque cada acto cuenta, por insignificante o pequeño que sea.

"La espiritualidad cristiana propone un crecimiento con sobriedad y una capacidad de gozar con poco. Es un retorno a la simplicidad que nos permite detenernos a valorar lo pequeño, agradecer las posibilidades que ofrece la vida sin apegarnos a lo que tenemos ni entristecernos por lo que no poseemos. Esto supone evitar la dinámica del dominio y de la mera acumulación de placeres" (LS, 222).

La encíclica Laudato Si' del papa Francisco, nos marca el camino para redescubrir el valor de la sencillez y reflexionar acerca de nuestros estilos de vida. La búsqueda de la sostenibilidad es una oportunidad para volver a las fuentes. Necesitamos basarnos en otro modelo de desarrollo para tener "la posibilidad de un futuro nuevo desarrollo" (Benedicto XVI, Cart. enc. Cartias in veritate, 21).

Una vez más estamos invitados en este tiempo a prepararnos para vivir una Navidad con sencillez. Estamos llamados a encontrar la felicidad en lo pequeño, a sentir cercanas a millones de personas que viven injustamente en la pobreza, a movilizarnos e implicarnos para cambiar sus realidades y a compartir. Tenemos la oportunidad de reflexionar sobre nuestras elecciones cotidianas, personales y colectivas, en relación con el consumo, la sostenibilidad y la utilización de los recursos. Tiempo de reaprender y redescubrir la grandeza de vivir la vida con sencillez y simplicidad. Además, como nos recuerda el Evangelio, hay mayor felicidad en dar que en recibir (Hch. 20, 35).

Voces que claman...

Valor de la simplicidad en tu propia vida

Leonardo Tello

Nauta, Amazonía peruana

"El joven Garza se alista para una nueva pesca"

Leonardo Tello es kukama, vive en Nauta, un poblado cerca de Iquitos, en la Amazonía Peruana. Para él y su pueblo, el agua es el lugar de la vida, porque los kukama son la gente del río. En el río habitan los antepasados, los sabios...

Su mujer y su hijo le esperaban en la comunidad a que regresara con pescados para la comida. El joven se paró a la orilla del río, con los pies dentro del agua, estaba mirando los pescados que pasaban. Después de un rato, se sacudió el cuerpo hasta convertirse en una enorme garza blanca y se puso a pescar (Relato kukama "El joven Garza").

"De niño escuché a mis padres contar innumerables veces este relato del joven garza, aquel capaz de hacer la mejor pesca. La historia podía escucharse casi en cualquier lugar. En la casa, en la chacra o navegando por el río en canoa. En mi niñez, con mis amigos, jugábamos a ser "el joven garza". Algunas veces pude llevar la delantera en la pesca, en realidad, muy pocas veces, mis amigos eran mejores y mi hermano Rti era muy buen pescador.“

Preparar a un hijo para ser un buen pescador, requiere de una dura disciplina física, mental y espiritual. Normalmente la preparación estaba en manos de los "bancos" (chamanes kukama) pero también podían hacerlo los padres que habían recibido esta formación. Tomaba tiempo, pero tenía que hacerse pues gran parte de la vida estaba dedicada al río, a la pesca, navegando los grandes ríos de la Amazonía. Lejos del río, la vida no es vida para los kukama. En el río viven nuestros antepasados, nuestros seres queridos,

En los últimos años todo ha cambiado rápido y violentamente para la vida de los habitantes de los ríos.

Pedro Casaldáliga

Obispo de Brasil

"Sólo en la medida que el Primer Mundo deje de ser Primer Mundo, podrá ayudar al Tercer mundo".

Pedro Casaldáliga Plá, es un religioso, escritor y poeta español que ha permanecido gran parte de su vida en Brasil, defendiendo los derechos de aquellas personas privadas de ellos. Llegó al Estado de Mato Grosso en 1968, como Misionero Claretiano, y, desde entonces, ha permanecido allí, al servicio de los más pobres, estando siempre vinculado a la teología de la liberación. Prolífico escritor, tenemos la suerte de consultar su obra en su web

www.servicioskoinonia.org/Casaldaliga

Enfermo de párkinson desde hace algún tiempo, no ha querido abandonar su casa para seguir, hasta el final, al lado de los más pobres y excluidos.

La Pobreza Evangélica como la concibe Casaldáliga en sus versos, engendra una gran oportunidad en estas fechas de Adviento y Navidad. Aprovechémosla.


POBREZA EVANGÉLICA

No tener nada.

No llevar nada.

No poder nada.

No pedir nada.

Y, de pasada,

no matar nada;

no callar nada.

Solamente el Evangelio, como una faca afilada.

Y el llanto y la risa en la mirada.

Y la mano extendida y apretada.

Y la vida, a caballo, dada.

Y este sol y estos ríos y esta tierra comprada,

por testigos de la Revolución ya estallada.

¡Y "mais nada"!

VALOR DE LA SIMPLICIDAD EN TU PROPIA VIDA

Los cambios que se han producido siempre han sido en perjuicio de nuestro bienestar, de nuestra cultura y de nuestros derechos fundamentales, como el Derecho al río y a vivir dentro y fuera de él.

Quiero volver a recordar esas historias. Historias como las del "joven garza" para contarles a mis hermanos y hermanas, a mis hijos e hijas, a las niñas y niños, a los más jóvenes, que nosotros

somos ese joven garza, antes un buen pescador con un río lleno de peces que hoy, sin embargo, languidece contaminado. Vamos a volver a hacer sentir que somos dueños de nuestros ríos, que vamos a defenderlos de aquellos que los destruyen y quieren destruirnos."

Para Leonardo, atentar contra el agua y el río, no solo es terminar con los peces, no solo es morir de sed, sino sobre todo morir de pena, porque los espíritus se van y porque toda la historia de un pueblo se va con ellos. Ahora todos los días, de tantísimas maneras, la contaminación, los megaproyectos hidroeléctricos y de minería, el modelo extractivo, acaban con el agua, van matando poco a poco a los kukama y al resto de pueblos.

Abro el grifo del agua de mi casa, la dejo correr un poco, bebo un vaso y me sorbo su historia, la saboreo y en este acto tan simple y cotidiano miro todo un pueblo en el rostro de Leonardo y su lucha comprometida y valiente por el agua en la Amazonía.

¿Qué puedes hacer 

(o dejar de hacer)?

RECUPERAR EL GUSTO POR LAS COSAS SENCILLAS, TAMBIÉN EN NAVIDAD

El Adviento y la Navidad son momentos especiales en los que, como cristianos, vamos preparando el camino al Señor. Y la manera que proponemos es redescubriendo el valor de la simplicidad en la celebración de estas fiestas, a través de un itinerario apoyado en los domingos de Adviento:

Primera fase

Primer domingo de Adviento: Estemos en vela, se nos anuncia la Buena Noticia (va a venir el Salvador) y algunas buenas noticias: Podemos hacer algo para cambiar nuestra forma de vida hacia una más sostenible y preocupada por los demás. El consumismo es una elección, no una obligación. ¿Qué vamos a elegir?

Segundo domingo de Adviento: Debemos ponernos en camino hacia una manera de vivir más austera. Porque austeridad no significa recortes, significa ser libres de las cadenas del consumismo. La austeridad es una forma de vida, un camino, y como la utopía, alguna vez debemos empezar a recorrerlo ¿no es este un buen momento?

Desarrollemos, a lo largo de estas dos semanas, una forma de celebrar nuestras fiestas en las que la austeridad sea un principio:

  • Pensemos comidas sencillas en nuestras celebraciones.
  • Estemos atentos a las cantidades para no desperdiciar.

Segunda fase

Tercer domingo de Adviento: Ver qué pasa cuando nos comprometemos al cambio. Las cosas dejan de ser tan importantes, y lo son más las personas.

Cuarto domingo de Adviento: Anunciar, dar a conocer a los/as demás el sentido de nuestra celebración en la sencillez. Jesús nació en un pesebre, sin lujos, rodeado de gente sencilla.

Durante estas dos semanas, preocupémonos de las personas que están a nuestro alrededor. Preparemos la celebración pensando en compartir con los seres queridos. Y con los que están lejos, pongámonos en contacto.

  • Vamos a preparar las celebraciones teniendo muy en cuenta a las personas. Creemos un ambiente en el que estar a gusto con otros/as, disfrutemos compartiendo nuestro tiempo con los demás.
  • Pensemos en cada una de las personas a las que vamos a regalar. En sus gustos, para crear regalos personalizados, que no necesariamente tienen que ser caros. Valiosos por la calidad humana que encierran, por el tiempo que nos ha llevado hacerlos o buscarlos, no por su precio.
  • Aquellos/as que están lejos, escribámosles. Pero de puño y letra, que de verdad transmite una parte de nosotros/as. Es un buen momento para contribuir con las tarjetas de felicitación que muchas ONG tienen.

Oración

Señor, estoy sintiendo que me llamas con distintas voces, a detener mi apresuramiento, a recuperar el aliento pausado de la vida, la sencillez de una vida vivida.

Reconozco apenas mi desorientación, ¡tan ocupado en mis cosas y también en las ajenas! A pesar de mi inconsciencia, siento Tu Presencia en mí, que me invita a ser yo mismo y a no dejarme manipular por las propagandas y los ruidos de los medios que me rodean, que tratan

de dictarme e imponerme una vida superficial y materialista, llena de necesidades "innecesarias". Sí, Señor; reconozco que, en realidad, yo necesitaría muy poco para vivir una vida sana y en paz conmigo mismo y con los demás, que con seguridad me haría más feliz.


Mis resistencias e impedimentos son grandes, pero sé que "Tú escuchas mis lamentos y no me abandonas". Señor, dame la capacidad de recuperar el modelo de tu Hijo Jesucristo, su sencillez y su humildad para que, siguiendo su Palabra, pueda vivir y obrar apoyado no en mi capacidad sino en la Sabiduría que reside en Ti. Que tu Madre, la Inmaculada Virgen María, ejemplo humano de humildad y sencillez me auxilie para volver a descubrir el valor de la vida simple que quiero recuperar. Amén

Agenda

Descargar el archivo del segundo punto del decálogo verde "Redescubrirás el valor de la simplicidad en tu propia vida":