Iglesia se escribe con C de Cuidados
Laudato si' y Fratelli tutti entre muchos otros documentos e intervenciones del papa Francisco, nos han hecho recuperar la centralidad de la cultura del cuidado, engarzada siempre en el Evangelio. Una cultura del cuidado que es una necesidad apremiante, urgente, que atestigua que en la Iglesia se escribe con C de Cuidados, que en la Iglesia se impulsa la Cuidadanía, que los cuidados siempre han estado en el centro, junto a lo esencial de las personas.
Hoy en día la Iglesia, y particularmente muchas de las ONGD y movimientos que la conformamos, como son la ONG Misión América y REDES ONGD, son testimonio de cómo la ciudadanía es central en el compromiso cristiano. La iniciativa "Enlázate por la Justicia", en la que están integradas Cáritas, CEDIS, CONFER, Justicia y Paz, Manos Unidas y REDES, ha sumado esfuerzos en esa línea, dando voz a un modelo alternativo de desarrollo, donde las personas empobrecidas nos dan ejemplo de un protagonismo esencial.
Frente a la cultura de la indiferencia, del rechazo y de la confrontación , que desarticulan las relaciones sociales, debemos recuperar un "auténtico cuidado", como indica el Papa: "todo está relacionado, y que el auténtico cuidado de nuestra propia vida y de nuestras relaciones con la naturaleza es inseparable de la fraternidad, la justicia y la fidelidad a los demás" (numeral 70).
Pero para ello debemos reconocer la vulnerabilidad de todas las personas, debemos ser capaces de reconocer la necesidad de cuidados y además fomentar la incidencia política, para que la sociedad demande el pacto de cuidados, la ética de cuidados, la cultura del cuidado, que no podemos postergar, retrasar o anular, porque es una responsabilidad social, política e institucional.
Son muchas las cosas que tenemos que cambiar, reorientar e impulsar. No podemos evitar una transformación en las relaciones sociales que vuelva a sentir la alegría de un Evangelio que nos hace afirmar un nosotros junto a todos nuestros hermanos: ¡hagamos vibrar la fraternidad!
Francisco, también en Laudato si', afirma con firmeza que "muchas cosas tienen que reorientar su rumbo, pero ante todo la humanidad necesita cambiar. Hace falta la conciencia de un origen común, de una pertenencia mutua y de un futuro compartido por todos. Esta conciencia básica permitiría el desarrollo de nuevas convicciones, actitudes y formas de vida. Se destaca así un gran desafío cultural, espiritual y educativo que supondrá largos procesos de regeneración".
Pongamos en el centro de las políticas, relaciones y negociaciones el cuidado de las personas y del planeta. Hagamos efectivo el llamamiento de Francisco en Fratelli tutti, para que construyamos un "nosotros" desde el que hacer una nueva redacción entre todas las culturas, todas las religiones, todos los hermanos.
Fernando Redondo
Revista 21 de agosto-septiembre 2022.
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