Son personas, no números: economía al servicio de las personas y el planeta

02.07.2025

En la mesa redonda del lunes se abordó la urgente problemática de la deuda externa y ecológica que afecta principalmente a los países en desarrollo, destacando la necesidad de una financiación justa y solidaria para alcanzar un desarrollo sostenible y respetuoso con la dignidad humana. Personas expertas en economía, ecología y ética subrayaron la importancia de reestructurar la deuda, promover la transparencia financiera y vincular justicia social con cuidado ambiental desde una perspectiva integral inspirada en la Doctrina social de la Iglesia. 

Marta Isabel González, Manos Unidas y Enlázate por la Justicia, moderó la mesa, dio la bienvenida y destacó la colaboración histórica entre organizaciones de Iglesia españolas para organizar un evento paralelo en la ONU, durante la conferencia sobre financiación para el desarrollo en Sevilla. Agradeció la colaboración de la Facultad de Teología de San Isidoro, la Conferencia Episcopal, Enlázate por la Justicia y la Comunidad Global Economía de Francisco.

Para comenzar presentó una síntesis de la declaración del 11 de marzo en la Universidad Loyola, subrayando la urgencia de justicia económica global, la problemática de la deuda, y seis propuestas clave para transformar los mecanismos financieros internacionales.

Panorama general de la deuda y financiación del desarrollo

Mari Luz Ortega, profesora de Organizaciones Económicas Internacionales en la Universidad Loyola de Sevilla, destacó la importancia de la 4ª conferencia internacional sobre financiación para el desarrollo (evento gestado hace más de dos años). Subrayó que la deuda internacional ha alcanzado niveles alarmantes y que muchos países destinan más recursos al servicio de la deuda que a salud o educación.

Alertó sobre la disminución de la ayuda oficial al desarrollo (AOD), con especial referencia a Estados Unidos y Europa. Explicó los seis grandes temas tratados en la conferencia: recursos públicos, financiación privada, comercio internacional, cooperación, arquitectura financiera, y deuda.

Subrayó la necesidad de transparencia, sostenibilidad y cambio de arquitectura financiera internacional basada en la dignidad humana y el desarrollo sostenible. Instó a la ciudadanía a exigir a gobiernos y organismos el cumplimiento de los compromisos firmados en la ONU.

Deuda ecológica y ecología integral

Eduardo Agosta, director del Departamento de Ecología Integral de la CEE, explicó la interconexión global entre economía, medioambiente y justicia social, destacando la interdependencia actual.

Definió la deuda ecológica como la responsabilidad histórica de los países industrializados por la explotación excesiva y contaminación que han generado desigualdades y crisis climáticas. Vinculó esta deuda con la necesidad de condonar la deuda financiera de los países empobrecidos, en un acto de justicia restaurativa, no de caridad. Recordó la tradición del Jubileo bíblico que impulsa la justicia social, la liberación y la remisión de deudas.

Llamó a transformar la crisis en oportunidad de paz y justicia a través de la conversión personal y el compromiso social.

Economía política de la deuda en África

Elena Pérez, profesora de Economía en la UCM y experta en África, expuso la complejidad y diversidad del continente africano, subrayando que la deuda es producto de un orden mundial injusto y asimétrico.

Presentó estadísticas sobre el incremento del servicio de la deuda externa en países de renta baja y media. Destacó que África, aunque representa una baja proporción de la deuda mundial, paga altos intereses y costes financieros desproporcionados.

Explicó el papel negativo de instituciones financieras internacionales (FMI, Banco Mundial) y políticas de desregulación y austeridad en la perpetuación del endeudamiento.

Denunció la fuga de capitales, la evasión fiscal y las prácticas ilegítimas por parte de corporaciones transnacionales como factores agravantes.

Subrayó que la deuda puede ser positiva si se usa para inversión productiva que promueva la autosuficiencia y desarrollo sostenible.

Concluyó con una invitación a profundizar y desmitificar la problemática con una visión crítica y contextual.

Ética y justicia en la financiación

Agustín Domingo, catedrático en Filosofía Moral y Política en la Universidad de Valencia, presentó la ética del desarrollo como una disciplina esencial, conformada desde la Doctrina social de la Iglesia y el humanismo integral. Destacó la figura de Pablo VI como pionero en relacionar la paz con el desarrollo económico.

Reivindicó la necesidad de distinguir entre deseo y necesidad en la economía y de recuperar la dimensión social, moral y relacional de la economía. Criticó la visión matemática y neutral de la economía que deshumaniza a las personas.

Introdujo el concepto ético del perdón como clave para superar la lógica fatalista de la deuda; el perdón entendido como un acto de gracia y esperanza que rompe con la inevitabilidad del endeudamiento. Subrayó que la justicia internacional debe ser una justicia evangélica, samaritana y ecológica, que integre solidaridad.

Insistió en la importancia de capacitar y formar a la ciudadanía como actores de cambio para luchar contra las desigualdades globales. Finalizó destacando el valor de la esperanza frente a la muerte, tomando ejemplo de la medicina paliativa, para proyectar una economía con justicia y dignidad.

Tiempo de diálogo

Durante las preguntas surgieron referencias a la visión negativa del término "austeridad", destacando su sentido original como mesura y la relevancia del concepto de crecimiento sostenible. Asimismo se debatió sobre el problema de los mercados de carbono y la transferencia de emisiones entre países desarrollados y en desarrollo, destacando la necesidad de revisiones en el sistema internacional. Eduardo Agosta señaló que estos temas serán claves en la COP 30, que se celebrará en noviembre en territorio amazónico.

En conclusión

La mesa redonda reflejó la profunda reflexión interdisciplinar sobre los grandes retos de la financiación para el desarrollo sostenible, la problemática de la deuda externa y ecológica, y el papel ético y social de la economía desde una perspectiva comprometida con la justicia y la dignidad humana. Se enfatizó la relevancia de la ética del perdón y la esperanza como principios clave para impulsar cambios estructurales y construir un futuro más equitativo para todas las generaciones.