Construir un futuro compartido para todas las formas de vida y todas las culturas

20.05.2022

La Semana Laudato Si' de 2022 marca el séptimo aniversario de esta encíclica. La celebración en la última semana de mayo coincide con varias fechas clave para escuchar y caminar hacia un futuro compartido, donde el cuidado del planeta y de las personas más pobres esté en el centro de la agenda internacional y en el que se valoren las aportaciones de las distintas culturas.

La Iglesia católica comparte varios eventos en esta semana sobre los siete objetivos Laudato si' y reflexiones que hablan de biodiversidad, comunidad ecológica, desinversión en combustibles fósiles y espiritualidad.

A su vez, el 22 de mayo es el Día Internacional de la Diversidad Biológica, que lleva por lema "Construir un futuro compartido para todas las formas de vida", destacando que la biodiversidad es la base sobre la que podemos volver a construir mejor. Es la respuesta a muchos retos del desarrollo sostenible, tanto desde enfoques basados en ecosistemas como desde soluciones basadas en la naturaleza para el clima, la salud, la seguridad alimentaria, el agua y los medios de vida.

«Cuando se habla de biodiversidad, a lo sumo se piensa en ella como un depósito de recursos económicos que podría ser explotado, pero no se considera seriamente el valor real de las cosas, su significado para las personas y las culturas, los intereses y necesidades de los pobres». (LS 190)

Por otro lado, «la degradación de la naturaleza está estrechamente unida a la cultura que modela la convivencia humana» (CV, 51)

El 21 de mayo se celebra el Día Mundial de la Diversidad Cultural para el Diálogo y el Desarrollo en el que recordarnos la importancia de la comprensión mutua y la aportación de cada cultura a la convivencia y el futuro común.

«Si tenemos en cuenta la complejidad de la crisis ecológica y sus múltiples causas, deberíamos reconocer que las soluciones no pueden llegar desde un único modo de interpretar y transformar la realidad. También es necesario acudir a las diversas riquezas culturales de los pueblos, al arte y a la poesía, a la vida interior y a la espiritualidad. Si de verdad queremos construir una ecología que nos permita sanar todo lo que hemos destruido, entonces ninguna rama de las ciencias y ninguna forma de sabiduría puede ser dejada de lado, tampoco la religiosa con su propio lenguaje». (LS, 63)

La diversidad cultural es una riqueza. Construir con otras personas de distintos países y tradiciones supone un motor de creatividad, cambio y desarrollo, ya que cada Estado por separado no puede garantizar el bien común a su población. Aspectos como el cambio climático, la salud global, las guerras muestran ejemplos actuales.

«"Abrirse al mundo" es una expresión que hoy ha sido cooptada por la economía y las finanzas. Se refiere exclusivamente a la apertura a los intereses extranjeros o a la libertad de los poderes económicos para invertir sin trabas ni complicaciones en todos los países. Los conflictos locales y el desinterés por el bien común son instrumentalizados por la economía global para imponer un modelo cultural único». (FT, 12).

Protejamos la diversidad cultural como reflejo de la dignidad humana y de los pueblos, y como parte del patrimonio común de la humanidad. Escuchar y caminar de forma conjunta es una forma lenta pero segura de alcanzar objetivos para una mejor adaptación al cambio necesario hacia el cuidado ecológico y cultural, que reconstruye la vida desde sus distintas formas.

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