Aportaciones de la economía ecológica y el derecho centrado en la Tierra

21.04.2022

Desde Naciones Unidas cada 22 de abril se celebra el Día de la Tierra y una de las actividades realizadas consiste en un Diálogo Interactivo sobre Armonía con la Naturaleza, bajo el formato de seminario online. En 2022 se recogen aportaciones de la economía ecológica y el derecho centrado en la Tierra como elementos que contribuyen a la armonía con la naturaleza y la biodiversidad.

España participa en el Diálogo con la Iniciativa Legislativa Popular sobre el Mar Menor. El Congreso ha aprobado iniciar una ley para conseguir que este mar y toda su cuenca tengan personalidad jurídica, siendo el primer ecosistema de Europa con derechos propios, de forma que cualquier persona pueda acudir a los tribunales para defenderlo. Constituye un ejemplo del derecho centrado en la Tierra, enfoque que se incorpora cada vez en un mayor número de legislaciones nacionales de distintos países. Permite restaurar derechos de bienes comunes como los bosques, glaciares o ríos, y en algunos casos los órganos legislativos municipales o locales han reconocido los derechos de la naturaleza.

Otro acontecimiento a recordar es el Acuerdo de Escazú que cumple un año desde su entrada en vigor el Día de la Tierra de 2021. Bajo este primer Tratado ambiental regional de América Latina y el Caribe se garantiza el acceso a la información, a la participación ciudadana y a la justicia ambiental. Con él las personas defensoras de los derechos medioambientales pueden buscar reparación, algo lejos de lograr todavía en Europa.

Un hecho que se repite en la nueva búsqueda de transición energética es el colonialismo hacia los lugares que disponen de los recursos naturales necesarios para el nuevo cambio. En este mismo mes, dentro de las actividades de «Enlázate por la Justicia», escuchábamos el testimonio de un líder comunitario de Argentina, denunciando un contrato de 334 millones de dólares por el que la alemana BMW firmó un acuerdo de provisión de litio con la minera norteamericana Livent, que desde más de 20 años explota las salmueras de litio del Salar del Hombre Muerto. Este contrato favorece la fabricación de baterías de litio para los coches eléctricos, por parte de empresas que lideran el cambio cultural y tecnológico hacia una economía sostenible post-carbono. La extracción de litio supone el consumo de agua, 7.400 metros cúbicos al día, en una región con desecamiento de vegas del río Trapiche y donde la comunidad se plantea que "el agua vale más que el litio", lo que supone realmente decidir qué vidas son sacrificables y qué vidas valen.

Esta justicia social y ambiental es el rasgo que define la economía ecológica, centrada en las relaciones entre el sistema natural (biosfera) y los subsistemas social y económico que se desarrollan en su seno, haciendo especial hincapié entre la inviabilidad del crecimiento económico continuo que choca con los límites físicos y biológicos de los ecosistemas.

El objetivo de la Asamblea General de Naciones Unidas es promover una cosmovisión no antropocéntrica, o centrada en la Tierra. Nos plantea cuestiones para aportar elementos de diseño, datos basados en la evidencia y aspiraciones compartidas de la economía ecológica y el derecho para el nuevo paradigma centrado en la Tierra.

En la segunda parte de la Conferencia de la ONU sobre diversidad, que tiene lugar la próxima semana en Kunming, también se busca concretar la relación con el entorno natural a través de un marco de 21 objetivos y 10 hitos que deberán alcanzarse antes del 2030, así como mejoras finales para 2050, incluida la conservación y protección de al menos el 30 % de las tierras y los océanos del planeta.

Nos encontramos con múltiples citas que nos invitan a actuar y educar en un real reconocimiento del valor intrínseco de la Naturaleza, dentro del cual las relaciones entre la humanidad y el planeta son simbióticas, interconectadas y en armonía con las leyes naturales del Universo.


Montse Serrano, secretaría técnica Justicia y Paz