Quiero proponer a los cristianos algunas líneas de espiritualidad ecológica que nacen de las convicciones de nuestra fe, porque lo que el Evangelio nos enseña tiene consecuencias en nuestra forma de pensar, sentir y vivir. No se trata de hablar tanto de ideas, sino sobre todo de las motivaciones que surgen de la espiritualidad para alimentar una pasión por el cuidado del mundo.

(LS, 216)

Estamos ya en el quinto principio de nuestro decálogo. Llevamos casi un año reflexionando sobre nuestra vida, nuestro modo de vivirla con respecto a quienes nos rodean, sobre todo las personas más vulnerables, pobres y excluidas, y con la casa común. Antes de seguir adelante con los cinco puntos que nos quedan, queremos detenernos en la necesidad de una conversión personal, comunitaria y eclesial, si pretendemos poner en práctica un nuevo estilo de vida más atento a las necesidades de las demás personas y del planeta. Proponemos un estilo que está en la raíz del mensaje y la vida de Jesús para acercar el Reino y responder al sueño de Dios sobre la humanidad y la tierra entera.

En el principio de su vida pública, después de 30 años de silencio, Jesús invita a la conversión a los que a Él se acercan, a orillas del lago de Galilea.

Pero, ¿cuál es la conversión a la que Jesús nos invita?

La Iglesia nos presenta la conversión como un volver a Jesús. Centrar nuestro pensamiento, nuestra voluntad, nuestros compromisos, y nuestros deseos en Él. Pero también nuestros desánimos, nuestras incoherencias, nuestros miedos. En el evangelio, Jesús recuerda a quienes le escuchan que el reinado de Dios, el mundo a imagen de como Él lo creó, está ya dentro de cada persona y que solo hace falta volver a mirar en nuestro interior y acoger la llamada a una nueva vida.

La vida que nos ofrece es la de las bienaventuranzas, del mundo al revés, donde las personas que no tienen, no pueden, están abatidas, son enaltecidas, levantadas del polvo. Y donde la gente rica, poderosa, orgullosa, es humillada. Pero donde, siempre, siempre prevalece la ternura, el amor, la acogida, la compasión, el perdón. Un mundo fraterno, regido por la justicia y la caridad, y donde el distintivo sea la paz. Estas actitudes muestran un corazón convertido a la Buena Nueva de Jesús.

En la encíclica Laudato si', el papa Francisco nos invita a una conversión ecológica: "Quiero proponer a los cristianos algunas líneas de espiritualidad ecológica que nacen de las convicciones de nuestra fe, porque lo que el Evangelio nos enseña tiene consecuencias en nuestra forma de pensar, sentir y vivir. No se trata de hablar tanto de ideas, sino sobre todo de las motivaciones que surgen de la espiritualidad para alimentar una pasión por el cuidado del mundo" (LS 216). Una conversión con profundas raíces y frutos visibles: movilizadora de un cuidado generoso y lleno de ternura hacia toda la creación, que implica gratitud y gratuidad, la amorosa conciencia de nuestra conexión con el resto de criaturas, de "formar con los demás seres del universo una preciosa comunión universal".

Esa conversión, para ser más eficaz y auténtica, debe trascender nuestra propia persona,  alcanzar a la comunidad y a la Iglesia toda.  La conversión comunitaria significa hacer de forma conjunta el recorrido hacia el encuentro con Jesús, la adhesión a su persona y a su proyecto de humanizar la vida, el crecimiento en sencillez, esperanza y espíritu de servicio. Los frutos de esta conversión comunitaria serán la acogida, el respeto por los demás y por la naturaleza, con sus ritmos y necesidades, la construcción de unas sociedades donde se respire la cordialidad, la inclusión, la defensa de los derechos humanos. Se nos hace un sitio en la mesa común, la fiesta de hermandad, la alegría de la amistad. Esa es la misión de la Iglesia.

Para participar plenamente en esa mesa común, el mejor traje de fiesta es la conversión. Confiando siempre en que, a nuestro lado, Dios, y el mismo Jesús, nos guían y acompañan con su luz. 

Voces que claman...

Pueblo Mosetén

Bolivia

Los Mosetén son un pueblo indígena que se asienta en la actual Bolivia, en el departamento de la Paz y Beni. La región se destaca por zonas aluviales fértiles al lado del río y las serranías cubiertas de bosques. Su población es mayoritariamente campesina y vive de unos recursos que cada vez están más amenazados por la colonización agrícola y las talas indiscriminadas.

Su testimonio es parecido al de tantas personas que luchan por sus Derechos y su supervivencia:

A mí me ha dolido mucho lo que le pasa a mi pueblo, nos ha dolido mucho como se han violado nuestros Derechos, como nos hemos maltratado, como si fuéramos enemigos, los colonos y los indígenas. Somos uno mismo, capaces de construir un proyecto de futuro que nos unifique a todos.

Creo que el sueño de desarrollo que tenemos es una vida digna, una vida libre en nuestro territorio en armonía con otros. Creo que tenemos el Derecho a hacerlo, podemos hacerlo, tenemos esa capacidad de hacer algo para desarrollar el futuro, y dejar algo bueno y sano a nuestros hijos. Llamamos a la iglesia para que proteja la vida, porque conociendo, defendiendo, acompañando a nuestros pueblos defendemos también la vida también para nuestros hijos, para el futuro.

Estamos esperanzados, aferrados a esto, porque esto nos invita a luchar.

Mercedes Loring

Religiosa de la Asunción

¿De dónde vienen estas voces que claman? Nos vienen de distintos puntos pero todas convergen en nuestro corazón y en el mismo fin: librarnos de nuestros egoísmos y lanzarnos a buscar el Bien Común.

Nos gritan: NUESTROS HERMANOS, EL PAPA, DIOS.

Nuestros hermanos, caídos en la pobreza, por haber perdido el trabajo, el subsidio de paro, y no pueden cubrir sus necesidades más elementales. Nos gritan desde los rincones de los barrios marginales, donde están "Invisibles" a los ojos de la Sociedad. Con algunos de ellos me reúno yo los martes en "La Enredadera", una casa en ruinas, okupada (con permiso del dueño) por un grupo del 15 M, que da cobijo a cantidad de subgrupos del barrio que se organizan entre ellos para diferentes fines; están los del "Banco de Alimentos de Tetuán," que buscan alimentos y luego se lo reparten, los "Anti desahucios", "los Invisibles" que acompañan a los necesitados ante los trabajadores sociales, que difícilmente responden a sus necesidades y acuden al Ayuntamiento para que se les oiga (actualmente se está consiguiendo bastante), y varios grupos culturales que actúan por sí mismos, por libre.

El Papa nos grita; ¡Salid a las periferias! No os quedéis en vuestro círculo de vida y de acción, como si eso fuera lo único que os atañe. Hay mucha gente que os necesita,

(sigue...)

(...sigue) muchas injusticias que combatir, muchos derechos humanos que conseguir, y vosotros sois los llamados a dar ese paso; como individuos, como Iglesia, como Comunidades Cristianas.

Nos llama Dios desde el fondo de nuestras conciencias, para que pongamos en práctica el mandamiento más importante que nos da: AMA A TU HERMANO COMO A TI MISMO - AMAOS UNOS A OTROS COMO YO OS HE AMADO. Este mandamiento nos lleva muy lejos de nuestros intereses personales; nos lleva a preocuparnos por "El otro," y nos mandó a su Hijo Jesucristo para que nos enseñara el camino. ¿Cómo vivía y actuaba Jesús?... PASÓ HACIENDO EL BIEN.

Y si salimos de nuestro país, oímos en seguida las voces de nuestros hermanos africanos que claman a causa del hambre y de las guerras que los países del norte les causamos, vendiéndoles armas, apoderándonos de grandes extensiones de tierras para poner grandes cultivos que a ellos no les aprovechan pero sí los expulsan de su tierra vital. Y también las voces de los que han tenido que salir de su país buscando refugio en el nuestro y les cerramos la puerta, les levantamos vallas, los expulsamos "En caliente"....

Quizás nos toca ahora ser nosotros los que alcemos nuestras voces para pedir más humanidad y menos egoísmos tanto a nivel personal, como nacional y eclesiástico.

Ante estos gritos no podemos quedar insensibles. Estamos llamados a una conversión profunda y sincera, tanto personalmente, o como Iglesia, que nos lleve a renunciar a muchas de nuestras comodidades, privilegios, seguridades, incluso criterios, y sigamos los pasos de Jesús, amando y haciendo el Bien, allí donde nos necesiten.

¿Qué puedes hacer

(o dejar de hacer)?

1.- Es necesaria una transformación de hábitos mentales y patrones de comportamiento, producción y consumo. Para ello se requiere, además, un compromiso personal, «implica también reconocer los propios errores, pecados, vicios o negligencias, y arrepentirse de corazón, cambiar desde adentro» (LS 218). El regreso a un estilo de vida más sencillo implica un cambio de dirección: la "conversión ecológica" a la que apela el papa Francisco (cf. LS 216-221). Por tanto la conversión debe ser permanente y en todos sus aspectos.

2.- Articular redes de apoyo y comunidades de solidaridad capaces de sostener opciones de vida individuales que no resultan nada sencillas: «Los individuos aislados pueden perder su capacidad y su libertad para superar la lógica de la razón instrumental y terminan a merced de un consumismo sin ética y sin sentido social y ambiental. A problemas sociales se responde con redes comunitarias, no con la mera suma de bienes individuales. La conversión ecológica que se requiere para crear un dinamismo de cambio duradero es también una conversión comunitaria» (LS 219). Los nuevos estilos de vida deben ir más allá de la esfera personal de la vida. Deben alargarse a la dimensión comunitaria, eclesial y social, y llegar al cambio de los sistemas y de las estructuras socio-económicas, políticas y culturales. No basta con el cambio personal (aunque es imprescindible porque sin cambio personal no hay cambio global) sino que hay que actuar en esos tres niveles en forma progresiva y circular.

3.- La conversión pasa por una nueva relación con las cosas, con las personas, con la naturaleza y con los problemas de la propia sociedad y del mundo: superar la cultura de la indiferencia y de la autoreferencialidad y recuperar la capacidad de cuidado de la persona que tenemos al lado, la sensibilidad por el sufrimiento de la gente y la solidaridad; descubrir la riqueza de la diversidad; pasar del asistencialismo a la justicia social que trata de eliminar las causas de la pobreza.

4.- Ya que el actual modelo de consumo es social y ambientalmente insostenible, es necesario participar de proyectos que, a pequeña escala, ensayan una forma más sostenible de consumo. Cada uno de estos proyectos nace a partir de objetivos muy distintos, pero tienen en común su riqueza e imaginación a la hora de señalar posibles soluciones a los problemas que el actual modelo de consumo genera. Comparten profundas raíces en procesos colectivos, comunitarios o solidarios, y la cultura propositiva necesaria para que el cambio de modelo y la conversión se haga efectivo. Entre las iniciativas comunitarias de las que podemos participar actualmente destacan:

  • Mercados de trueque, redes de intercambio o monedas sociales, bancos de tiempo...
  • Cooperativas o grupos de consumo, huertos comunitarios, bancos de semillas, compostaje comunitario...
  • Espacio público y viviendas colectivas. Comunidades rurales sostenibles, co-housing, viviendas compartidas, etc.
  • Turismo alternativo y sostenible. Vacaciones e intercambio de casa.
  • Coches. Compartir la movilidad (carpooling) o viaje en coche compartido, alquiler de coches de corta duración, habitualmente por horas y trayectos cortos (carsharing), coches particulares a disposición para otras personas a cambio del pago de un alquiler (social car)...
  • Bicicletas. Bicicleta compartida, talleres de autoreparación, bici-bus escolar, bici crítica, etc.
  • Espacios comunitarios en los barrios. Espacios que albergan proyectos de todo tipo, impulsados por personas del barrio que habilitan espacios en desuso, los alquilan o los piden a la administración.  
  • Finanzas. Cooperativas de ahorro para proyectos éticos y sociales, banca ética. Comunidades autofinanciadas o fondos comunes para préstamos. Crowdfunding, microfinanciación o financiación colectiva.

  • Cooperativas que generan o comercializan electricidad obtenida con métodos renovables.

  • Grupos de lactancia y crianza.

  • TIC y programación. Producción colaborativa de software y redes que realizan producciones colaborativas, desde un coche a un documental pasando por música, series o vídeo juegos.

  • Telefonía e internet. Iniciativas para compartir conexión a internet inalámbrica de manera acordada en una red abierta, neutral y libre.

  • Mercados sociales. Redes de producción, distribución y consumo de bienes y servicios constituidas por empresas y entidades de la economía social y solidaria junto con consumidores y consumidoras. 

  • Tiendas de intercambio, biblioteca de cosas (cosateca) ...

  • Conversión integral. Participación en varias iniciativas comunitarias de alimentación, trabajo, vivienda, educación e, incluso, salud. 

En estos espacios podrás encontrar personas comprometidas con una manera diferente de hacer las cosas y con las que podemos compartir nuestros valores de manera comunitaria trabajando conjuntamente por una sociedad nueva.

¡Anímate a cambiar y compartir tus cambios en comunidad!

*Muchas de las iniciativas que promueven alternativas de consumo puedes encontrarlas en Opciones

 

Oración

Señor, en el silencio de este día que nace

vengo a pedirte paz, sabiduría y fuerza.

Hoy quiero mirar el mundo con ojos llenos de amor;

ser paciente, comprensivo, humilde, suave y bueno.

Ver detrás de las apariencias a tus hijos

como los ves Tú mismo, para así, poder apreciar

la bondad de cada uno.

Cierra mis oídos a toda murmuración,

guarda mi lengua de toda maledicencia.

Que solo los pensamientos que bendigan

permanezcan en mí.

Quiero ser tan bien intencionado y justo,

que todos los que se acerquen a mí,

sientan tu presencia.

Revísteme de tu bondad, Señor,

y haz que durante este día,

yo te refleje.

Amén.

Agenda

Descargar el archivo del quinto punto del decálogo verde "Animarás una conversión personal, eclesial y comunitaria":